El número de mayo 2021 de la revista del Consejo General de Colegios de Gestores Administrativos de España ha publicado el artículo «El Gestor Administrativo 3.0» escrito por el gerente del Colegio, Víctor Santiago Farré.
En dicho artículo, Víctor Santiago hace referencia a los cambios tecnológicos que ha sufrido la profesión y a los que el gestor ha tenido que ir adaptándose. A continuación transcribimos el artículo publicado en la revista del Consejo.
La Revolución Tecnológica en la que nos encontramos inmersos ha planteado quizás, como nueva modernidad, el reto más importante con el que se ha encontrado la profesión de Gestor Administrativo desde su existencia, como consecuencia de un acontecimiento sin precedentes en la historia de la Humanidad, donde su ejercicio profesional se va a ver alterado de forma sustancial, tal y como lo conocemos, reconduciéndose, en un acto de adaptación y supervivencia, hacia una transformación, y permítaseme la expresión, antropológica profesional como el Gestor Administrativo “Digitalis”.
Nuestra actividad profesional, no cabe duda, ya ha sufrido importantes cambios adaptativos desde sus inicios, transformándose de forma progresiva en lo que podríamos catalogar como Gestor Administrativo 1.0, 2.0 y dirigiéndose inevitablemente a la que está por llegar como es el Gestor Administrativo 3.0.
Esa primera etapa ya pasada que denominamos el Gestor Administrativo 1.0, se caracterizaba por la tramitación de expedientes administrativos con documentos físicos, es decir, a papel. Nuestra profesión partía desde la protección que proporcionaba el ordenamiento jurídico, a través de la reserva de actividad profesional, en la tramitación ante las Administraciones Públicas y el delito de Intrusismo profesional.
Una segunda etapa, que conceptualizamos como el Gestor Administrativo 2.0, en la que las corrientes liberalizadoras, en materia de Colegios Profesionales y por la propia ley de Procedimiento Administrativo Común, fomenta la concurrencia, en el mercado de servicios profesionales, con otras profesiones tituladas y no tituladas que provocan la caída material y efectiva de la reserva de actividad de nuestra profesión. En este periodo se empieza a visibilizar la irrupción de nuevas tecnologías, especialmente informáticas, que ocasiona la convivencia, o hibris, entre la tramitación en formato papel para determinados expedientes, con la gestión de expedientes por medios telemáticos producto de la introducción, fundamentalmente, de software y hardware.
En esta línea argumental, las Administraciones Públicas también se han visto abocadas a esta nueva realidad, expresada fundamentalmente en la Ley 39/2015 de Procedimiento Administrativo Común de las Administraciones Públicas y la Ley 40/2015 de Régimen Jurídico del Sector Público, que empiezan a priorizar la tramitación telemática, expedientes presentados en sede electrónica, frente a los expedientes en formato documental. Pero quizás, esta Revolución Tecnológica viene caracterizada por su alto grado de inevitabilismo, conduciéndonos hacia nueva realidad transformadora que nos hace evolucionar, en nuestra profesión, hacia el Gestor Administrativo 3.0.
Este profundo cambio, producto de las nuevas tecnologías emergentes, está ocasionando un profundo cambio social, económico y político sin precedentes, producto de corrientes neoliberalizadoras (capitalismo avanzado), que exigirá, también a nuestra profesión, una intensa transformación digital, que va más allá de la tradicional rentabilidad competitiva capitalista, hacia nuevos imperativos idiosincrásicos, como por ejemplo los índices de calidad en el ecosistema digital, que hará necesario el abandono de las tradicionales formas de gestión cognitiva de nuestros despachos para la implantación de productos tecnológicos de Inteligencia Artificial y procedimientos automatizados, capaces de asegurar, no sólo la supervivencia en el mercado de los servicios profesionales, sino de marcar el hecho diferencial con otros profesionales, que nos permita colonizar y dominar el mercado. Este determinismo tecnológico, como consecuencia de la Revolución Tecnológica, nos presenta una nueva realidad profesional, caracterizada por la aparición de nuevos vectores de exigencia de nuestros clientes tales como la importancia de la inmediatez, la personalización, la materialización y la visibilidad o potencialidad de ser conocido, que refleja unas nuevas condiciones de este nuevo mercado que, sin lugar a dudas, perseguirá un servicio profesional al menor coste posible, con mínimos jamás conocidos.
Cuando no sabemos aquello que queremos, es menos probable que lo consigamos. La profesión sabe lo que quiere.
Por ello, la profesión debe, con un motivo finalista, tomar conciencia, abandonando la autocomplacencia, de los nuevos segmentos tecnológicos, que nos dote de una cosmovisión profesional dirigida a los Gestores Administrativos 3.0, serán herramientas decisivas, hecho diferencial, para nuestra supervivencia en el mercado post profesional.
Quizá otros de los papeles esenciales de nuestra profesión consista en, a modo de solución administrativa, el recurso esencial para evitar las tensiones propias de situaciones protópicas con las que las Administraciones Públicas se van a encontrar en la aplicación y puesta en marcha de los procedimientos electrónicos de la Administración.
Como conclusión, entiendo importante plasmar, a modo de anclaje motivacional, el papel de los en esta nueva realidad Gestores Administrativos volverán a jugar un cometido esencial, para conectar al ciudadano con la Administración electrónica, como progreso protópico incremental (mejoras acumulativas), en la implantación de los procedimientos administrativos telemáticos.
El gestor administrativo como solución instrumental protópica entre la utopía y la distopía de la Administración electrónica.