Este artículo ha sido publicado en el número 300 de julio de 2023 de la revista del Consejo General de Colegios de Gestores Administrativos de España. Autor: Joaquín Juliá. Presidente del Colegio oficial de gestores administrativos de Las Palmas
Este año celebramos el 90º aniversario del nombre de una profesión que, aunque con otras denominaciones, se viene ejerciendo en España desde mediados del siglo XV, en el conocido como «Siglo de las Innovaciones».
Mucho ha cambiado todo desde aquellos inicios, y mucho también desde que se instauró la actual denominación de «Gestores Administrativos» (gA) en aquel Decreto del 28 de noviembre del año 1933, pero el cambio más importante para nosotros, de forma acelerada, se dio a partir de septiembre del 2007, tras la adaptación para la tramitación telemática de la Encomienda de Gestión que vio la luz por primera vez en septiembre del año 1999, mediante acuerdo firmado por la Dirección General de Tráfico y el Consejo General de Gestores Administrativos de España.
Y es que los gA nos hemos adaptado como ninguna otra profesión al cambio tecnológico que ha traído la implantación de las nuevas Tecnologías de la Información y el Conocimiento (TIC), y hemos hecho de las mismas nuestros puntos fuertes para convertirnos en unos profesionales eminentemente tecnológicos. Esto ha supuesto que, mediante el uso de la telemática, nos hemos acercado alas Administraciones Públicas, acortando la longitud del puente que desde nuestros inicios como profesión hemos tendido entre aquellas y nuestros clientes, así como reduciendo a su vez el tiempo que tardamos en recorrerlo para dar cumplida resolución a sus asuntos, que son la razón y el motivo de nuestro desempeño y quehacer diarios.
Pero volviendo a cómo ejercíamos la profesión, recuerdo que a principios de los años 90 lo hacíamos de una forma muy distinta a la actual. En aquellos años, y en relación a las declaraciones de la Renta, por ejemplo, sí que trabajábamos los borradores de las declaraciones como «borradores» en su más estricta acepción, mediante la incorporación a manos de los datos fiscales en una especie de cuadernillo que nos servía de guía para, después de hacer todos los cálculos, pasarlas «a limpio» y presentarlas, normalmente en el banco, en los grandes sobres habilitados para ello.
Con respecto a las gestiones de Tráfico, tuve la suerte de llevar en aquellos años las matriculaciones de los vehículos de una empresa de «Rent a car», y recuerdo que en la oficina nos pasábamos las tardes del día que recibíamos la documentación de los turismos, preparando las solicitudes para llevarlas a matricular al día siguiente lo más temprano posible, y ya en aquello años «fusionábamos» las tecnologías a nuestro alcance en el sentido de que, dado que las solicitudes de matriculación variaban apenas en los bastidores y en algún modelo de vehículo, preparamos un modelo de solicitud en un procesador de textos e imprimíamos las solicitudes autocopiativas oficiales en una impresora matricial con cabeza de agujas que permitía que los datos quedaran reflejados en todas las hojas.
En fin, y poniéndome nostálgico, como dice Julio Iglesias en su canción «Momentos», cantante al que llegué a él porque le gustaba mucho a mi querida madre, que era una gran fan suya: «ya ves que todo pasa, quien diría, ya ves que poco queda por contar, apenas los recuerdos, momentos que no vuelven nunca más…».
Y como colofón a lo dicho hasta ahora, abundando en esta mencionada adaptación al mundo digital que tenemos todos los gA, no quiero dejar de destacar que, como profesión, tenemos una empresa que nos lleva suministrando servicios informáticos desde el año 1998 y que, precisamente este año 2023, supone un hito muy importan para ella, porque cumple 25 años desde su fundación: SIGA98.